La noticia se publicaba en un
periódico local de nuestra comunidad. Señalaba en su cabecera que..., " a
pesar de hacer los sillones de relax con mayor innovación tecnológica la
empresa X, no había evitado presentar concurso de acreedores!".
Como ha pasado el tiempo que
considero prudencial para contar anécdotas profesionales cuya utilización ya no
pueden dañar a sus actores y relatándolas nos pueden aportar conocimiento sobre
temas empresariales voy a relatar esta. Trata sobre dicha empresa que
inevitablemente acabó siendo liquidada lo cual no por ser muy normal en estos
tiempos, ha dejado de llamarme la atención.
Curiosamente conozco la historia
de esta empresa por varias razones y al margen de otros análisis y
consideraciones que podrían explicar de manera diferente la razón por la que ha
entrado en concurso, y atendiendo al conocimiento que en un momento determinado
tuve de la misma y a los datos que yo conozco sobre ella, la noticia me ha
hecho reflexionar sobre el suceso y voy a tratar de dar una explicación
coherente del resultado final de una
¡empresa innovadora!.
Es cierto que su producto estaba
diseñado con tecnología propia bien reconocida y no solo en España, lo que le
debía de proporcionar un nivel de producto con buenos márgenes y tenia un posicionamiento
de marca reconocido por el segmento de mercado al que se dirigía,
fundamentalmente "El corte Ingles", que era uno de sus clientes
objetivo. Sus productos por calidad y tecnología estaban creados para ser
consumidos por consumidores de clase media, media-alta.
Este es uno de esos temas, (permítanme
la licencia) en los que se juntan los consejos que los políticos suelen
sostener con vehemencia con lemas como, ¡por favor innoven!. Con otros
consejos con los que el marketing atosiga a los emprendedores y empresas, como
por ejemplo, ¡deben ustedes orientarse a las necesidades del consumidor,
sino no sobrevivirán!!. ¡Tienen
ustedes que diferenciarse de lo contrario solo quedara el precio!
Pero como nunca nada es del todo
perfecto, de repente sin haberlo estudiado como el tema se merece, entra una
variable que es el canal que distribuye los productos. Este canal, llamémosle
minorista o gran distribución, tiene un personal o bien un entorno que dista
bastante de asumir que además de saber vender hay que distinguir lo que se
vende. Y si a esto le unimos que el producto a vender es de una alta
complejidad tecnológica pues tenemos una bomba de relojería.
El vendedor en general, se
inclina (habiendo posibilidades en su oferta) por atender la innovación, pero
si esta aporta dificultad a la venta o a la comprensión del consumidor sobre el
uso de la tecnología que se le ofrece, finalmente hará todo lo posible por
ignorar el producto y llevar al consumidor a otros productos menos sofisticados
(de menos calidad) pero que satisfarán al vendedor y al consumidor. Este es el
caso de la empresa que se expone en el primer párrafo de este post.
Al margen de la comercialización,
innovar e inventar (que no es lo mismo) representa para el que quiere hacerlo
un esfuerzo financiero y de recursos bastante importante, cuestión esta que
post tras post insisto en que el empresariado medio y pequeño no tiene
interiorizado como prioritario e importante. Que le vamos hacer, nuestro país
es así, ¡cortoplacista!
Recordando el corto periodo en
el que tuve relación con esta empresa, (no llegue a trabajar con ella, me
resulta curioso como este empresario conto con la aportación de valor de uno de
los mayores expertos en marketing estratégico y táctico del panorama nacional,
del cual se deshizo porque le convenció una de esas figuras que suelo
encontrarme en las empresas que ejercen de financiero y opinan de estrategia,
marketing, producción etc. el cual le aconsejo deshacerse de este gran
profesional, que posiblemente podría haberle aportado alguna buen consejo y
darle viabilidad dentro de su ámbito y viendo la noticia, es evidente que en su
sustitución el figura de la empresa no ha podido aportar ni incluso los
consejos financieros necesarios para evitar el concurso. D.E.P, una más.
En cuanto a mí, viendo sus
números financieros, su actitud dubitativa y dependiente, decidí que más valía
ni empezar y ni empecé.
Aprovecho el contenido del post
para recordar que es necesario hacer en la dirección de las empresas y que
también se podía haber aplicado esta.
·
Aprender a convivir con las necesidades del día a día sin perder nunca el
equilibrio necesario para que la empresa sobreviva. Es aconsejable hacerlo con
reflexión y humildad.
· Pararse, respirar, y dentro de
la obligatoria objetividad que todo directivo debe de tener, crear un equipo
interno y externo, llamemosle “altamente profesional” cada uno en su materia
para mejorar o crear el modelo de negocio que le de viabilidad a su negocio.
Aprender de un famoso director de orquesta que a la pregunta de un periodista
sobre el papel que debía de jugar en la dirección de la orquesta contesto “hay que
saber apartarse para dejar tocar a la orquesta”…!
·
Reestructurar la empresa en aquellos ámbitos en los que debe aportar valor y
definir un plan estratégico y su correspondiente plan financiero. (que poquita
cultura de esto tenemos, ¡dios!)
Y creanme, si no lo hacen de
esta forma es posible que logren salir adelante porque no hay nada definitivo e
infalible pero haciéndolo las posibilidades de salir adelante son de al
menos de un 50%, que para los tiempos que corren es más que razonable.
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