domingo, 31 de enero de 2010

En estos tiempos de incertidumbre que nos ha tocado vivir, nos enfrentamos todos a tomar actitudes que con el tiempo se discernirá si fueron las adecuadas o no.

El otro día me levantaba por la mañana como todos los días a las 6,00 h AM. Durante unos segundos pensé lo bien que se estaba en la cama, y si valía la pena tanto esfuerzo, solo fueron unos segundos..., pero rápidamente me incorpore y me dirigí hacer mis abluciones diarias. Que fácil es rendirse, pensé, mientras me afeitaba, que fácil es dejarse llevar por lo que bajo una apariencia de bienestar inmediato e incluso desde el punto de vista personal, totalmente legitimo, resultaría bastante cobarde.

En estas cosas, como en casi todas, la actitud es algo que me fue trasmitido por mis progenitores desde muy pequeño, y mimetizado por mi, el niño, que tras pasar por el periodo de rebeldía intransigente, se vuelve en una conducta normalizada sobre la que tenemos un cierto dominio gracias a la practica, pero que nunca se nos debe de olvidar, siempre tiene en un rincón escondida la tentación de dejarse llevar.

Abandonar es legítimo, cualquier ser humano tiene entre sus opciones, el abandonar, pero nunca el abandonarse. Abandonar una profesión por llegar a la conclusión que ya no nos aporta nada y dirigirse hacia otro lugar o estilo de vida es muy legítimo, pero abandonarse a la indolencia y al pasotismo es una cobardía, el ser humano no esta hecho para ello.

Parece que estamos ante una nueva generación a la que han clasificado como “Nini”, ni estudian, ni trabajan. Claro que esto no significa que dejen de divertirse, o de consumir, ¿Cómo lo hacen?, arropados por unos padres permisivos a los cuales literalmente se les ha ido la hoya, seguramente distorsionados por un entorno equivoco y perverso que anunciaba un estado del bienestar donde todo cabía, cabía hasta abandonar, siempre estará el estado para regularizar a la piltrafa en la que sin duda se convertirán los “ni, ni”, en un futuro en el que casi siempre la vida acabara por poner las cosas en su sitio.

¿Y esto que tiene que ver con la empresa? ¡Que es de lo que va mi blog!, pues en el hecho de que estos señores forman parte del sistema. Dejaran de ser jóvenes y al margen de los perjuicios que para la economía del país tendrá este hecho ya que obviamente no podremos dejarlos abandonados y seguiremos sosteniéndolos con el dinero de los que tenemos una actitud hacia el trabajo y pagaremos una parte de nuestro esfuerzo en una actitud solidaria, no muy convencida, pero con conciencia cívica siempre..

También este hecho afectara al maltrecho futuro de las pensiones, -muy en boga ahora-, porque esta generación no ayudara al sistema y los trabajadores ya sean nacionales o venidos de fuera para labrarse un porvenir, tendrán que hacer más esfuerzos vía impuestos para sostener a los integrantes de esta generación perdida que viviendo una vida regalada e inútil, nos miran con desden desde su consentida posición.

Pero créanme, lo mas lamentable en mi opinión, es que algunos de los que la integran, podían haber sido unos magníficos emprendedores generadores de puestos de trabajo, o unos magníficos directores con los que llevar al éxito a alguna compañía, o unos excelentes trabajadores piezas imprescindibles en cualquier excelente organización.

Como dice un machacón anuncio de seguros, ¡lamentable!!

1 comentarios:

Javi dijo...

Me gusta tu dosis de optimismo por las mañanas, ese es el mejor desayuno que puede tener uno. Respecto a los ni-nis, acabaran como acaban todos los vagos,inutiles y parasitos de la sociedad.

Nada mas, y gusto como siempre leerte. Un abrazo. Javi