martes, 6 de octubre de 2009


Mi admirado Alberto, me envia este articulo, que por su interes reflexivo incorporo a este blog corporativo.


Es lamentable ver cómo gran número de empresas están agonizando para luego desaparecer en un gran porcentaje. Empresas muchas de ellas conocidas por su notoriedad en el mercado y por su longevidad dentro del tejido empresarial.

Hablando con los empresarios, o en muchos casos debería mejor decir dueños, argumentan ante su difícil situación falta de financiación, caída de las ventas, mercados difíciles. Es cierto, pero eso es sólo la última consecuencia de una gestión mal planteada.

Muchos son los frentes de una Compañía y siguiendo un símil náutico, a nadie se le ocurre hacerse a la mar en un barco sin tripulación. Y el problema no es la falta de tripulantes, sino más bien el inmiscuirse en sus labores hasta el extremo de que si el operador de radar indica que hay un obstáculo a proa, se le ignore o incluso que se le arroje por la borda, ya que el Capitán no quiere oír hablar de problemas.

Este ejemplo sirve para dibujar la situación vivida en muchas de las empresas que ahora están zozobrando. Traduciéndolo a términos empresariales diríamos que el problema no está tanto en la falta de información sino más bien en el caso omiso a datos objetivos, frente a las corazonadas o impresiones personales de muchos empresarios.

Además es un mal degenerativo. Cuando una vez tras otra, la información es ignorada, con el tiempo deja de existir. Nadie escribe un libro para no ser leído.

Expresiones como “nadie hace las mesas como yo” o “el cliente no tiene ni idea”, han sido tónica de actualidad en muchas reuniones. Expresiones hechas además ante comentarios de los comerciales que intentaban exponer cuáles eran los motivos por los que se perdían algunas operaciones.

Si el objetivo último de una Empresa es generar beneficios y los beneficios se producen cuando hay ventas (con rentabilidad, claro está) y el que compra es el cliente, la obligación de todo empresario que se precie, no es otra que poner los medios para ofrecer aquello que nuestro mercado demande y no aquello que nos gusta a nosotros.

Esto no es más que Marqueting. Y no es más que sentido común. Dedicar el tiempo necesario para dar un paso atrás y obtener una perspectiva diferente y mejor si además nos situamos junto al cliente y le preguntamos lo que necesita.

No hay empresa alguna que no lleve la contabilidad, ninguna deja de hacer sus informes para el INE. De igual modo ninguna debería descuidar el Marketing como la herramienta de Dirección por excelencia.

Así pues ante cambios de tendencia en el Mercado, tendremos tiempo para ,en un momento dado, dar un giro en el timón y garantizar que el barco siga a flote.

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